martes, 29 de noviembre de 2016

Tutorial: cómo hacer macarons

Cuando un amigo mío me trajo un libro de macarons de Francia empezó mi obsesión y comencé a leer y leer sobre ellos en muchos sitios. Pero me encontré con que en cada sitio ponía una cosa sobre cómo hacerlos, y me aventuré a hacerlos sin tener algunas cosas claras. Por eso quiero hacer este tutorial basándome en mi experiencia para arrojar algo de luz sobre algunas cuestiones. Antes de nada, tenéis que tener en cuenta que los macarons son difíciles y que para conseguirlos perfectos (ya depende también de lo que cada uno considere perfectos, porque pueden estar perfectos de textura, sabor... pero no estéticamente y eso ya depende de la exigencia que tenga cada uno) hay que hacerlos muchas veces, intentarlo e intentarlo sin desistir mejorando poco a poco. Hay gente a la que les sale a la primera y otros que tienen que probar mucho hasta conseguirlo, pero al fin y al cabo las cosas que más cuestan son las que luego merecen más la pena y ya os digo que los macarons merecen mucho la pena. Tampoco quiero meteros mucho miedo, aunque no sean lo más fácil del mundo se consiguen sin necesidad de ser un pastelero profesional. Vamos a desmitificarlos. 
Yo los hago con merengue italiano, que es como se hacen en Francia. Las fotos son de diferentes macarons que he hecho. 
Dicho esto, vamos allá:


Ingredientes
Los ingredientes básicos de los macarons son las claras de huevo, el azúcar, el azúcar glas y la harina de almendras o almendra molida. Además de estos se usarán los que compongan el relleno, pero eso ya dependerá del sabor que le demos. Incisos:
- Claras de huevo: Primer tema sobre el que he leído varias cosas. Cuando hablemos de claras de huevo, tenemos que tener en cuenta que estamos suponiendo que una clara pesa unos 25-30g. Yo me he encontrado con que normalmente pesan más y por tanto tenéis que pesarlas y quitar la cantidad que os sobre. El dilema está en cómo tienen que ser las claras. En unos sitios dicen que tienen que estar envejecidas (es decir, las separamos de las yemas y las dejamos unos días a temperatura ambiente) y en otros que lo único que hace falta es que estén a temperatura ambiente. Por mi experiencia os digo que lo importante es que estén a temperatura ambiente, en los mejores macarons que me han salido las saqué de la nevera y separé el tiempo antes justo para que se pusieran a temperatura ambiente, sin esperar más tiempo, sólo viendo que estaban a unos 21º. Así que sólo tenéis que sacarlas y separarlas en previsión de cuándo queréis hacerlos y lo que tarden en ponerse a esa temperatura. Sobre las claras pasteurizadas, yo no las he usado pero no he leído que las recomiende mucha gente.
- Harina de almendras o almendra molida. Aquí el enemigo total es la humedad. La almendra coge humedad muy fácilmente y se hace una pasta, destrozándonos el ingrediente. Podéis moler vosotros mismos las almendras, pero es muy fácil que se os haga esta pasta y por tanto es mejor que la compréis ya molida y os evitéis esto. Podéis encontrarla en Mercadona (yo uso esta y me va bien, aunque haya de mejor calidad), en los supermercados de El Corte Inglés (la venden de la marca Vahiné), en tiendas de frutos secos que os la pueden moler allí y en tiendas online de repostería (María Lunarillos o Alma's cupcakes por ejemplo). Como os he dicho, es importante que todo recipiente donde echéis la almendra esté completamente seco. 
- Azúcar glas: no vale el casero que se hace por ejemplo con la Thermomix, tiene que ser comprado.
- Colorantes: aunque no son obligatorios, se suelen usar y de alguna manera forman parte de la gracia de los macarons, así que os diré que hay que usarlos en polvo, pasta o gel, nunca líquidos.

Material necesario
- Horno. Obviamente. Hablaremos bien de esto cuando hable del proceso de horneado. Se puede usar cualquier horno, tenga ventilador o no.
- Bandeja de horno. Obviamente también.
- ¿Papel de hornear o moldes de silicona? Yo he usado papel de hornear y va perfectamente y además he leído en todos sitios que los moldes de silicona dan problemas y no van totalmente bien, por lo que os recomiendo no gastar dinero en algo que no es que no se necesite, sino que puede empeorar nuestros resultados. Para que os salgan iguales de tamaño y forma podéis usar plantillas, que hay miles en internet, o dibujar vosotros mismos los círculos en el papel de hornear (pero hay que echar la masa por el otro lado, que no queremos comer macarons de tinta). Yo hago lo segundo.
- Un peso. Imprescindible. En repostería siempre hay que pesar todo muy bien, pero aquí es todavía más necesario. Usad un peso electrónico que pese gramo a gramo. Tenéis que ser muy rigurosos con esto.
- Picadora. La mayoría tendréis porque suelen venderla con las batidoras. Vale también la thermomix. Hablaremos de su uso más adelante.
- Tamiz. Valen también los coladores. A veces con picar bien el azúcar glas con la almendra es suficiente, pero si tamizamos, mejor (y si tamizamos dos veces, todavía mejor). No uséis un tamiz demasiado fino, y si el que tenéis es de los automáticos no uséis la palanca, tenéis que tamizar moviéndolo ya que con el otro mecanismo se queda pegada la almendra.
- Termómetro de cocina. Imprescindible para hacer el merengue italiano. Yo uso el de Ikea que no vale ni 10 euros y también puedo usarlo para medir la temperatura del horno, que ya veréis que es importantísimo (para esto también hay termómetros específicos de horno, pero si con uno podéis hacer todo eso que os ahorráis).
- Varillas eléctricas: para montar el merengue. Ya os hablé de ellas y de que las podéis encontrar de todos los precios.
- Espátula de silicona: imprescindible para mezclar el merengue con el resto. 
- Manga pastelera: para echar la masa en el papel de hornear con forma redonda. No hace falta que tengáis una boquilla redonda, con cortar la punta de la manga ya saldrá con esta forma, pero si la tenéis, usadla. Os recomiendo las desechables de plástico.

Los pasos de elaboración detallados
1. Preparación de la cocina
Cuando vayamos a hacer macarons tenemos que despejar bien la cocina, hacer sitio para trabajar tranquilos y no estar cocinando nada al mismo tiempo. Es muy importante la organización. Primero preparamos nuestra plantilla o dibujamos una propia en el papel de hornear (con dos papeles para dos hornadas solemos tener suficiente, pero es mejor hacer tres por si acaso y si no lo usamos guardarlo para la próxima). Hay que dibujar círculos de 3cm de diámetro con una separación entre ellos de 1cm. 
Después hacemos la "mise en place", es decir, pesamos bien todos los ingredientes (hay que ser muy exactos en este paso) y los dejamos preparados en un cuenco cada uno. Entonces sacamos todo el material que vamos a usar, con el mayor orden posible y dejando un buen espacio para maniobrar, teniendo en cuenta que hay que limpiar muy bien las varillas y el bol donde vamos a montar las claras, ya que cualquier resto de grasa hará que no suban. Los recipientes donde vayamos a poner la almendra deberán estar bien secos.

2. Le tant pour tant
Cogemos la almendra y el azúcar glas, los mezclamos y los metemos en la picadora. Si este paso lo hacemos primero con una mitad de la mezcla y luego con la otra, mejor. En la picadora, le damos golpes de turbo muy cortos, apenas pulsamos el botón ya lo soltamos.Si nos pasamos la almendra se hará una pasta y no nos servirá. Damos unos cuantos golpes y entonces, tamizamos la mezcla. Después, a esta mezcla se le añadirán la mitad de las claras (bien pesadas) y se mezclarán hasta que quede una pasta. El colorante se puede añadir aquí o en el merengue.
Almendra molida y azúcar glas picados y tamizados
Pasta de almendra después de añadir las claras





















3. El merengue italiano
Para hacerlo, la verdad es que si contáis con una persona que os ayude os va a resultar más fácil, sobre todo si vuestra batidora de varillas es manual y no de pie. En un bol bien limpio, echamos las claras restantes y con las varillas empezamos a montarlas. Cuando estén a punto de nieve, o mientras van montando si tenéis a alguien que os ayude, pasamos a hacer el almíbar (le sirop). Para esto necesitamos el termómetro de cocina. Ponemos en un cazo el agua y el azúcar y calentamos hasta que alcance 115º. En cuanto alcance esta temperatura, retiramos del fuego y lo echamos en las claras montadas muy poco a poco, echando progresivamente el almíbar en un hilo mientras seguimos batiendo las claras a velocidad media-alta y procurando que el almíbar no caiga en las varillas. Una vez se acabe el almíbar, seguimos batiendo a velocidad alta hasta que el merengue vuelva a temperatura ambiente y sea firme, liso y brillante. Que esté bien firme va a ser determinante en el resultado de los macarons, ya que si no nos saldrá la masa demasiado líquida y esto es lo que tenemos que evitar. Si veis que vuestros merengues no quedan bien firmes, probad a echar unos 30g de azúcar en forma de lluvia cuando las claras estén montando (cuando se empiecen a poner blancas).

4. El macaronage
Es la parte más crítica de todo el proceso. Lo que tenemos que evitar por todo los medios es que la masa quede líquida y para ello lo que NO hay que hacer es sobrebatir. Se trata de mezclar el merengue con la pasta de almendras y hay que hacerlo con una lengua de silicona (espátula de silicona). Primero echamos un tercio del merengue sobre la pasta y removemos, pero es muy importante  cómo lo hacemos. Para hacerlo bien y que no se baje el merengue, tenemos que hacer movimientos circulares, empezando por el extremo del bol opuesto a nosotros y yendo en el sentido de las agujas del reloj, de abajo a arriba y de fuera hacia dentro. Una vez incorporemos el primer tercio, vamos añadiendo merengue y haciendo estos movimientos poco a poco, hasta que veamos que la masa está en su punto. 
¿Cómo sabemos que está en su punto? Hay un truco. Cogemos la espátula llena de masa y la levantamos. Tenemos que fijarnos entonces en cómo cae la masa. Si cae a pegotes, todavía no está. Cuando pasa la "prueba de la cinta", entonces la masa está lista. La prueba de la cinta es que la masa cae de forma continua y doblándose continuamente, haciendo pliegues. Incluso si movemos la espátula como para escribir una letra, ésta mantendrá la forma. Podréis ver miles de fotos en internet de cómo quedaría, es bastante evidente cuando ocurre. Siempre es mejor quedarse un poco corto de cinta, es decir que no la haga perfectamente, a pasarnos y dejar la masa líquida, pero a base de probar se consigue perfecta. 
Una vez la masa esté lista, es imprescindible dejar de batir. NO SOBREBATIR es la clave de los macarons.
Es importante saber que no siempre hay que usar todo el merengue, a veces sobra porque no nos queda perfectamente firme y si lo usamos todo la masa se queda líquida. En cuanto consigáis el punto de cinta, dejad de añadir aunque os quede todavía. Por otro lado, si echáis todo el merengue y removéis y todavía está muy espesa, removed un poco más hasta que alcance el punto.
Aspecto final de la masa

5. Le pochage
Despejamos bien el sitio donde estemos trabajando y sacamos el papel de hornear previamente preparado, puesto sobre la bandeja de horno. Echamos la masa en una manga pastelera y la abrimos (si no tenemos boquilla redonda basta con cortar la punta de la manga, a la altura en la que acaba la masa en la foto que os pongo ahora). Colocamos manga perpendicular al papel de horno y vamos depositando círculos de masa en la plantilla. No echéis pegotes tan grandes como los círculos, ya que si la masa está bien, ella sola se expandirá un poco. Si se os queda en los círculos de masa una puntita, mojaos un poco un dedo y bajadla suavemente para que queden lisos. Una vez hecho esto, cogemos la bandeja, la levantamos un poco sobre la encimera y la dejamos caer, para que se vayan las burbujas de aire de la masa. No os paséis que os cargáis la encimera y los macarons.










6. Le croûtage
Este paso es importante, no vale saltárselo porque si no, no saldrá pie a los macarons. Tenemos que dejar secar los macarons antes de hornear. Esto tarda según el ambiente, si es húmedo, tardará más, y si es seco tardará poco. Dura entre media hora y 2h, a veces incluso más, a veces incluso menos, pero es muy importante. Si no los secamos, no les sale pie y si nos pasamos de secado saldrá un pie muy irregular. Para saber si están secos, tocamos ligeramente uno (el más feo, claro) con el dedo y si no se nos pega la masa al dedo, ya están secos.

7. Horneado
Es muy muy muy importante, crucial, conocer nuestro horno. Lo primero es asegurarse de que la temperatura que marca es realmente la que hay. Por ejemplo, mi horno pone la temperatura a 40º más de lo que yo le mando, cosa que nunca me ha supuesto nada para hacer bizcochos pero que destroza los macarons. Por ello aquí conviene tener un termómetro de horno o uno que se pueda meter, como el de Ikea, y comprobar antes que nada que tenemos la temperatura exacta que necesitamos. Si no tenemos estos termómetros, os supondrá probar varias veces hasta encontrar la temperatura que le tenéis que marcar, pero es posible hacerlos, costará más trabajo conseguirlo pero no es absolutamente necesario. Si optáis por esta opción, os recomiendo poner el horno más bien bajo.


Para saber que los macarons ya están hechos, al sacarlos tenemos que esperar a que se enfríen y una vez fríos, cogemos el más feo e intentamos levantarlo del papel. Si se levanta fácilmente, sin quedar restos pegados al papel, ya está. Si se queda pegado al papel es que todavía no está y podemos meterlos otra vez al horno. A veces se despegan hasta calientes, pero os recomiendo esperara a que enfríen porque la mayoría de veces calientes no se despegan (y nos lo cargamos) y fríos ya sí. 
Los macarons realmente en el horno lo que sufren es un proceso de secado, así que no tienen que dorarse ni cambiar de color. Si lo hacen, nos hemos pasado. Si echamos colorante, lo normal es que en el horneado pierdan un poco de color, así que siempre echad colorante como para que queden más oscuros de lo que realmente queréis.
Otra cosa sobre la que he visto opiniones muy diferentes es la altura de la bandeja de horno. He leído en sitios que arriba del todo, en otros que abajo, en otros que en medio... Yo conozco mi horno y sé que calienta más por arriba que por abajo, así que tiene una altura en la que tengo que hornear todo o se me quema, y los pongo ahí y me salen bien. Si sabéis que a vuestro horno le pasa algo de esto, haced lo mismo. Si no, os recomiendo ponerlo a mitad.
Si vuestro horno tiene ventilador, tenéis que ponerlo. Si no, cuando lleve 3 minutos, abrid y cerrad la puerta del horno para que salga la humedad, y hacedlo unas 2-3 veces más durante el resto de horneado.
El tiempo de horneado suele ser 12-14 minutos a 150º, pero ya se irá indicando en cada receta.


8. Conservación
Una vez los saquemos del horno y despeguemos del papel con cuidado, dejamos enfriar bien (no los pongáis boca abajo). Hay que tener cuidado al cogerlos porque son blandos por dentro y crujientes por fuera y podemos apretar demasiado y romperlos.
Una vez enfriados, tenemos dos opciones, dependiendo de cuándo queramos consumirlos.
- Si queremos consumirlos pronto, los rellenamos y los metemos en la nevera 24h en un bote hermético. Los sacamos de la nevera media hora antes de comérnoslos. En la nevera duran unos 4 días. También podemos meterlos 24h en el congelador sin rellenar, rellenarlos y meterlos 3h en la nevera y luego comer (sacándolos media hora antes)
- Si no queremos consumirlos tan pronto, los congelamos sin rellenar. Los podemos consumir desde 24h después hasta 15 días, luego los rellenamos y metemos en la nevera unas horas antes de consumir.
Los macarons están buenos recién horneados, pero están más buenos cuanto más tiempo los metamos luego en nevera o congelador, ya que les ayudan a coger todavía más su textura típica (crujientes por fuera, blandos por dentro). Así que si no tenéis mucha prisa, esperar merece la pena.


¿Cómo debe quedar el macaron?
Debe quedar crujiente por fuera y blandito (con aspecto de bizcocho) por dentro. El frío ayudará a que coja bien esta textura. Para saber si están bien lo mejor es ver fotos de cómo deben quedar:

Macarons sin relleno:


Coquille sola:

Macarons rellenos por dentro:




Y ahora que has leído todo esto, te animo a que superes el miedo (que aunque esta entrada sea tan larga y parezca que sea imposible, son más fáciles de lo que parecen). Ya estás listo para hacer clic aquí y ver la receta de los Macarons de chocolate.

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