Hacía mucho tiempo que tenía pendiente subir esta receta y la verdad es que con el tiempo que hace pocas cosas apetecen más que esta galleta gigante caliente, como postre, de merienda o incluso de desayuno. Además es otra receta que admite miles de variedades, ya que podéis echarle todo lo que se os ocurra y servirla sola o con helado por ejemplo. Además de caliente, tengo que decir que yo la he tomado también fría al día siguiente y también está muy buena, pero con el poco tiempo que tiene de horneado y lo fácil y rápida que es de hacer, es perfecta para prepararla cuando vayáis a comerla.
En cuanto al molde, se puede hacer en una sartén de hierro colado, que es como se suelen presentar y queda muy bonita, pero si como la mayoría no tenéis, podéis hacerla en cualquier molde (ya sea desmontable o de paredes bajas) de 20cms de diámetro.
Y sí, la entrada es corta, pero es que la próxima va a ser laaaaarga larga...